ESTRUCTURAS SIMBÓLICAS Y
DISCURSO DOMINANTE
Las formas simbólicas, que
difunden los MH, van produciéndose y reproduciéndose en una escala cada vez mayor;
ESTE PROCESO ES DE CICLOS CADA VEZ MÁS RÁPIDOS. INTRODUCEN UN TEMA, LO
TRANSFORMAN EN AGENDA, PARA LUEGO DESCARTARLO E INTRODUCIR OTRO, produciendo
un efecto que algunos investigadores denominan “memoria de corto plazo” o “historicidad
mediática”: nuestra percepción del pasado inmediato y a plazo medio, depende de
formas simbólicas que producen de manera incesante los MH.
Al hablar de “formas simbólicas” y no de discurso dominante, estamos ingresando a un concepto más debatible y con menos posibilidades de ser demostrado empíricamente, ya que se refiere a la producción, por parte de esos medios de masas, de una estructura de pensamiento (o “molde”, para ser más didáctico) a partir de la cual ciertos mensajes podrán ingresar al pensamiento, individual y colectivo-mayoritario, mientras que otros no encontrarán “casilleros” (Piaget, utiliza este término, para referirse al proceso de enseñanza-aprendizaje) disponibles. Por consiguiente, no dispondrán de posibilidades de ser parte del pensamiento político, social, cultural, etc., durante una fracción histórica prolongada.
La diferencia con el concepto de “discurso
dominante” es notoria. Este es más temporal y circunstancial; puede ser
reemplazado en tiempos breves. Es más: un suceso o un conjunto de sucesos dados
en uno o varios días o semanas, pueden desencadenar el cambio de dirección de
un determinado discurso dominante. Un ejemplo lo podemos tomar a partir de lo
ocurrido el 19 y 20 de diciembre de 2001. De ninguna manera se puede afirmar que
en esos dos días se desencadenó un cambio en ese discurso. Lo ocurrido, en ese
diciembre trágico, fue parte de un proceso de acumulación de fuerzas sociales
que venían manifestándose a partir de la consigna “que se vayan todos”. Al mismo
tiempo, esta consigna tenía antecedentes que databan de mediano plazo. Aunque lo
cierto es que fueron los sucesos de diciembre de 2001 los que llevaron a la
renuncia del entonces presidente Fernando De La Rúa; y a la caída del discurso
dominante. Otro ejemplo, aunque en situaciones inversas, fue la llegada al
gobierno de Néstor Kirchner que, en tiempo muy breve, logró construir una nueva
forma de concebir los DDHH y el carácter genocida de la dictadura iniciada en
1976, entre otros temas que pasaron a ser parte de la agenda mediática y
social.
Los procesos enunciados en el título
han dado lugar a centenares de investigaciones y producciones textuales de
diversas extensiones, que han reafirmado, condicionado y/o negado esos
procesos. Además, son varias las escuelas y las teorías que ponen en juego la
relación del receptor o perceptor, con los mensajes emergentes de los medios de
comunicación de masas. Próximamente trataré de “señalizar”, algunos de estos
posicionamientos.
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