Dilatar y dilatar, esa es la consigna
Los dos
sucesos, relacionados con el caso Nisman, en los dos últimos días, tenían un
final absolutamente previsible. Esos sucesos son: la audiencia convocada por la
jueza Palmaghini, para resolver el pedido de recusación a la fiscal Fein; la citación de Parrilli a Stiuso.
El
primero
Las acusaciones
de S. Arroyo S contra Fein eran tan conocidas como obvias:
·
Que la fiscal
dirige la investigación hacia la hipótesis del suicidio.
·
Que por
eso no es imparcial.
·
Que la
designación del perito, Enrique Prueger fue intencional, y funcional a la
hipótesis del suicidio, pues ya había hecho declaraciones públicas diciendo que Nisman se disparó a sí mismo.
·
Que la fiscalía
no hizo nada cuando se hicieron públicas las fotos de Nisman con chicas.
·
Por supuesto:
volvió a recriminarle a Fein que no le informó a la familia del fiscal que
tenía derecho a designar peritos de parte, para la autopsia.
·
Aunque lo sustancial que planteó Arroyo S., es que
el supuesto homicidio no puede dejar de
lado el contexto en que se produjo, es decir cuatro días después de que su ex
esposo hiciera la denuncia, por encubrimiento en la causa AMIA, contra CFK, el
canciller Timerman y otros. (Esto tiene, de parte de Arroyo S., una intención
clara: llevar el caso a la Justicia Federal)
Por su
parte, Fein, refutó cada uno de los planteos de S. Arroyo S. (Y de Germán
Carlevaro, el defensor oficial). Seguramente no le fue muy difícil hacerlo:
bastaba con recordarle que, según el Código Procesal, la recusación es válida cuando
un juez o fiscal tienen parentesco o enemistad manifiesta con algún implicado
en el caso. Además le recordó a la ex de Nisman los planteos dilatorios que,
por supuesto, generaron demoras. “No entiendo qué busca la querella”, habría
expresado Fein.
Al menos dos cosas resultan
llamativas:
Una: que la
jueza Palmaghini haya necesitado de esa audiencia para rechazar el pedido de
Arroyo S.
Dos: que S.
Arroyo. S. haya pedido la recusación, sabiendo que le sería denegada
(Recordemos: Arroyo S. es Jueza Federal en San Isidro).
Una
conclusión resulta inevitable: sólo se
ha generado un antecedente. Luego, cuando parezca más conveniente, vendrá
el pedido fuerte para separar a la
fiscal Viviana Fein del caso. O lograrán cansarla lo suficiente como para que
pida apartarse del caso. (Del cansancio de Fein, ya hablan algunos medios: “…los allegados a la integrante
del Ministerio Público dicen que la ven ‘cansada’ y no descartan que se excuse
en los próximos días. Infobae, hoy,
08 de abril)
Fein debe perseverar; debe saber que no tiene
margen para errores y, fundamentalmente, responder sus propias palabras: “No entiendo
qué busca la querella”. Aunque también tiene que tener en cuenta que son muchos,
desde diferentes posiciones (periodistas, fiscales F18, políticos…), los que van a insistir en el homicidio y la razón
también es obvia: culpar al gobierno y dotar de cierta credulidad la inaudita
acusación de Nisman. Además, debe entender: ¡La quieren apartar del caso! Su
perfil no da con el que necesita la ex de Nisman.
¡Debe apurar el paso!
El segundo
Lo protagonizó
el Secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli.
Simplemente
me limitaré a reproducir parte de un artículo del diario La Nación y otro de
Página 12.
La
Nación:
La semana pasada,
Parrilli y Mena informaron que querían que Stiuso diera
"explicaciones" sobre sus actividades en la investigación de la AMIA
porque dicen haber detectado una "conducta dilatoria" para ocultar
cierta inactividad, un fracaso o "algo que no le convenía".
Parrilli y Mena
dijeron que esa citación se vinculaba con "15 notas epistolares"
encontradas en la ex SIDE, que eran mensajes que se enviaban Stiuso y Nisman.
Parrilli dijo que
Cristina Kirchner había observado ese intercambio de mensajes entre Stiuso y
Nisman con "gran sorpresa y desazón" porque suponía una maniobra
destinada a "entretener" a todos, "en una tarea que nunca se
realizó".
"Una hipótesis
-dijo el funcionario- es que no se hizo la tarea; otra, que se haya realizado y
no se haya encontrado nada y no se lo quiso reconocer, y tercera, que se
encontró algo que no les convenía a ellos."
Me inclino
por la tercera hipótesis. Además, sin lugar a dudas, las “notas epistolares”,
fueron la fachada de una misma sociedad: Nisman–Stiuso & Company.
Datos
anecdóticos: la ley de inteligencia 25.520, Título IV: “Política de Inteligencia Nacional”, artículo 13, apartado 4,
establecía: “Dirigir y articular las actividades y el funcionamiento
del Sistema de Inteligencia Nacional, así
como también las relaciones con los organismos de inteligencia de otros Estados.
(El resaltado me pertenece). En este
caso, Stiuso cumplió la ley al pie de la
letra.
Página 12:
“La Unidad AMIA preguntó por el
entrecruzamiento de llamadas internacionales entre 1991 y 1996, una prueba que
puede ser importante porque podría incluir comunicaciones relacionadas con el
ataque a la mutual judía ocurrido en 1994. Ese trabajo motivó quince intercambios
de escritos entre Nisman y Stiuso, el primero de ellos en 2006 y el último en
enero pasado. Prácticamente, una década. Lo asombroso es que ya en 2007 Stiuso
decía que el entrecruzamiento estaba casi terminado y, aun así, en enero pasado
Nisman le seguía pidiendo que lo presentara.”
Reitero
la autoría de “lo asombroso”: Nisman–Stiuso &
Company.
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