CFK en la trinchera
internacional: fuerte crítica a los EE.UU.
En su último discurso
ante la Asamblea de la ONU, CFK no ahorró críticas: El triunfo de la Resolución
“anti–buitre”. La desigualdad social a nivel planetario: el 1% de la población
mundial concentra el 50% de la riqueza. Fuerte denuncia a la hipocresía
diplomática de EE.UU. y a los servicios secretos. El amparo de EE.UU. al ex
espía argentino vinculado al caso Nisman. Elogio a Cuba.
Si
estuviéramos en los ’70, pocos hubiesen dudado en proclamar: “fuerte discurso
antimperialista en la ONU”. Pero en tiempos de eufemismos alcanza con decir
“múltiples acusaciones a los EEUU”, por parte de la mandataria Argentina, en la
70a Asamblea General de las
Naciones Unidas.
CFK
fue contundente en su breve discurso: resaltó el reciente triunfo político, “cuando la Asamblea [de la ONU],
por 136 votos positivos, decidió aprobar los principios rectores, los
principios básicos para la reestructuración de las deudas externas de los
países.” Luego los sintetizó: 1) la negociación de la deuda externa de un país
no puede ser motivo para que el acreedor interfiera en la “política
macroeconómica” del país deudor; 2) “La buena fe”. En clara alusión a los fondos
buitres, a los que denominó “depredadores financieros”, quienes operan con “la
complicidad de cierto sector judicial de este país” (EE.UU.). 3) “La
imparcialidad en el trato equitativo (…) para que todos los acreedores sean tratados
de la misma forma; 4) “La legitimidad”; 5) “la sostenibilidad, tal vez uno de
los principios más importantes porque habla de pagar la deuda, pero no a costa
del hambre y la miseria del pueblo, sino a través de un proyecto político y
económico y de variables macroeconómicas que hagan sustentable el desarrollo y
el crecimiento de una sociedad.” (Fuente: página de la Casa Rosada)
Prosiguió
con lo que podríamos denominar una verdadera denuncia de la desigualdad social
a nivel planetario: “quiero hablarles también de un proceso de concentración
económica inédita en el mundo. Según el último informe del Fondo Monetario
Internacional el 1 por ciento de la población concentra, hoy, el 50 por ciento
de la riqueza. Aquí mismo, en este país –refiriéndose a EE.UU.–, que supo
protagonizar el sueño americano, el sueño de las clases medias americanas, que
empujaba a tantos latinoamericanos y sigue empujando, todavía, a venir aquí,
donde el 1 por ciento tiene más del 30 por ciento del total de la riqueza.”
La
Presidenta argentina sostuvo que tenía conocimiento que Estados Unidos estaba
llevando negociaciones secretas con Irán, por un hecho muy particular: en el
2010, Gary Seymour, asesor del Departamento de Estado de los EE.UU., en materia
nuclear, visitó a Argentina para pedirle que “proveyéramos de combustible
nuclear a la República Islámica de Irán.” Esto permitiría a EE.UU. llegar a un
acuerdo para que Irán no siguiera enriqueciendo el uranio que necesitaba para
el reactor nuclear “Teherán”.
Luego
recordó la firma, el 2 de abril de este año, del acuerdo entre Irán y los “5+1”
y, refiriéndose al Memorándum de Entendimiento firmado entre Argentina e Irán,
en el 2013, se preguntó: “¿cuál era el motivo de oponerse si las críticas que
se hacían que habíamos negociado con Irán, un simple acuerdo de cooperación
judicial para que el juez de la Argentina pudiera tomar declaración a los cinco
ciudadanos iraníes acusados en Teherán porque hay leyes que impiden la
extradición de ciudadanos iraníes? ¿Cuál es el motivo? Lo escuché hoy aquí en
boca de otro presidente cuando habló de la hipocresía en materia de las relaciones
diplomáticas. Mucha hipocresía, mucha geopolítica mezclada en el medio y muy
poco interés por saldar la memoria, la verdad y la justicia que exigen las
víctimas y sus familiares.” Pasado en limpio: CFK trató de hipócrita a la
política exterior y a la diplomacia de EE.UU. La Presidenta argentina también
aludió a la aprobación del Congreso argentino del Memorándum y con una nota de
ironía agregó: “yo le deseo fervientemente al Presidente Obama que su Congreso,
el Congreso de los Estados Unidos apruebe también el acuerdo (entre Irán y
EE.UU.) Como si eso fuera poco agregó: “Nosotros somos coherentes, no es que lo
que vale para nosotros no vale para los otros…”; esto, en evidente alusión a
que “está bien” que EE.UU. o los 5+1 negocien con Irán, incluso en forma oculta
o paralela, teniendo en cuenta que dichas tratativas comenzaron en el 2009 y
que el acuerdo se firmó en abril de este año; pero según los indicios que da
CFK, esa es una facultad de ciertos países poderosos; facultad de la que carecen
los que no los son.
Después
de referirse al caso AMIA, golpeó nuevamente a la diplomacia, pero también a
los “servicios secretos externos”, y su relación con el caso Nisman. La Presidenta
informó que “hemos citado en una oportunidad, hace muy pocos días, al embajador
norteamericano en nuestro país, para pedir explicaciones acerca de en calidad
de qué se encuentra este ex miembro de los servicios de inteligencia argentina
(en referencia a Horacio Antonio Stiuso) aquí en Estados Unidos.” Él estuvo a
cargo de toda la investigación de la causa AMIA desde el primer momento.
Las
últimas palabras de su discurso las destinó a una variedad de temas, como
ratificar “la hipocresía del doble estándar en materia diplomática”; también
habló de los grupos fundamentalistas “porque cuando uno ve esas espantosas
escenas donde se degüellan personas y donde uno observa claramente que hay tres
o cuatro cámaras filmando la escenas…” no se trata de una filmación casera como
acostumbraban a hacer grupos… No, no, acá hay un despliegue casi
cinematográfico, parecería casi una película de Fancis Ford Coppola… Sería
bueno que nos preguntáramos cómo, de dónde se financia todo esto.”
“También reconocemos al gobierno de Estados Unidos que finalmente ha
abierto su cabeza y ha comprendido que las cosas no podían seguir así”, afirmó
refiriéndose a la situación diplomática de EE.UU. y Cuba. Concluyó su discurso elogiando las
políticas de los gobiernos latinoamericanos que combaten la desigualdad.
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Geometral:
testaferros y deslices del ex fiscal Alberto Nisman
En
periodismo suelen confundirse algunos conceptos como, por ejemplo, el de puntos de vista. Es conocida, y repetida, la frase atribuida a
Nietzsche, según la cual “No hay hechos, hay interpretaciones”. Lo cierto es
que en La genealogía de la moral,
Friedrich Nietzsche, postula que pretender o aspirar a la objetividad es una
cuestión absurda y que lo mejor que podemos procurar es tener visiones
distintas con el fin de que podamos “sacar ventaja” para un mejor conocimiento
de la diversidad. Luego sentencia: sólo “hay un ver y un conocer perspectivístico”.
Es decir, puede haber tantos puntos de
vista, como personas que observen o analicen un determinado hecho, supongamos,
de mediana complejidad.
Sin
embargo, es otro el concepto que resulta conveniente aplicar a la capacidad de
los medios hegemónicos de establecer un punto de vista “que no es un punto de
vista como los otros, y que, al instaurarse, instaura una disimetría
fundamental donde nada será igual después. En adelante, todos los demás puntos
de vista que no sean éste estarán privados de algo, recortados, mutilados.” (Pierre
Bourdieu, Sobre el Estado, p. 102).
Así, afirma Bourdieu, que entre dos puntos de vista, uno será “mejor” que el
otro, según esté más o menos cerca de los “valores centrales” establecidos por
el “geometral”, que se constituye en el punto de referencia de todo lo que se
dice con respecto a un tema.
Si
bien el concepto de Pierre Bourdieu se refiere al Estado y fue escrito para las
clases que impartió, en el Collège
de France, en los primeros meses de 1990, es de absoluta actualidad y aplicable
a diferentes poderes, entre ellos, los medios de comunicación dominantes.
A
la luz de esta tesis, del pensador y sociólogo francés citado, podemos analizar
algunos efectos de los medios de comunicación social dominantes. Por ejemplo:
Cuando el ex fiscal Nisman presentó su denuncia contra CFK y, principalmente,
cuando el 18 de enero fue encontrado muerto en su departamento, nadie en la
Argentina —o, si se quiere, un grupo ínfimo—, conocía la existencia de un
fiscal y de una fiscalía, la “UFI–AMIA”, abocados a la investigación del
atentado terrorista más trágico de la historia argentina. Pero el 19 de enero
ya todo el país hablaba de Nisman y el mismo apellido resultaba algo familiar;
“todos somos Nisman”. Pero el punto de referencia que lograron instalar los
Grupos Clarín y Nación fue la relación directa de la muerte del ex fiscal con
la acusación de Nisman. Ése fue y es el geometral a partir del cual la mayoría
de los argentinos analizan el caso. Todo otro punto de vista es distinto, es
inaceptable y, por mucho tiempo, difícilmente los argentinos puedan establecer
otro tipo de relación entre ambos sucesos. Seguramente, será tarea de la
Historia.
Como
también lo será poner en su adecuado lugar las numerosas “irregularidades” que
rodean la vida del ex fiscal. Otro ejemplo: cuando se dieron a conocer ciertos
aspectos de la vida del Dr. Alberto Nisman, ciertamente lujuriosa, la mayoría
de los argentinos, muchos de los cuales se expresaron a través de las redes,
fue contundente: “quieren sacarle ‘cosas’ para ensuciarlo”, “qué tiene que ver
la vida privada de Nisman con sus funciones como fiscal”. Hasta el día de hoy
siguen surgiendo elementos que no hablan muy bien del ex fiscal: recientemente
fueron imputadas su madre, Sara Garfunkel, su hermana, Sandra Nisman, y su
secretario informático, Diego Lagomarsino, por lavado de dinero. En efecto, el
juez Canicoba Corral, aseguró que de los informes dados por un banco de Nueva
York, se desprende que hay depósitos de al menos 660 mil dólares, que indican
“claramente que hay lavado de dinero”. Pero los exabruptos del ex fiscal no
terminan allí; también se están investigando propiedades en Punta del Este…,
por ahora. No hay dudas que los testaferros de Nisman no podrán justificar las
irregularidades detectadas por la justicia. Lo difícil es que se llegue a saber
quién puso el dinero. Ciertos servicios de inteligencia suelen ser bastante
expertos y prolijos en estos temas.
Sin
embargo, a pesar de todo, gran parte de la sociedad argentina sigue
considerando a Nisman como una víctima, con algunos “deslices”…, pero
intachable. El “geometral” fue instalado
en la cabeza de los argentinos —y, tal vez, en la de los habitantes de
diferentes latitudes del mundo— y no será fácil de modificar. Acaso, tampoco
interese.
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